21/12/13

Los fracasos de las utopías regaladas.


Las revoluciones y ataques al sistema suelen ser contenidas o destruidas mediante la contaminación de estas con movimientos pro-sistema, a veces incluso desde dentro y de forma involuntaria.
Esto es posible por la falta de preparación de aquellos que se embarcan en la formación de un "mundo mejor", sin preocuparse por mejorarse ellos mismos.
Sin individuos de calidad, no puede haber una sociedad mejor, si la unidad básica de un sistema esta corrompido, el sistema jamás valdrá la pena.
Los actuales sistemas de dominación, necesitan de personas adoctrinadas desde la cuna en valores que les permitan soportar la vida que les espera y que se resignen a ser ganado sumiso y útil para la minoría dominante. Se inculcan pues como cimientos de todos ellos, el egoísmo, la competitividad, la holgazanería, el miedo al sufrimiento o al esfuerzo y se ensalzan valores orientados únicamente al goce personal y al éxito individual.

Esto da como resultado una sociedad de individuos débiles, infantiles, aislados y muy dependientes del estado, al no existir vínculos afectivos ni raíces o intereses comunes.

Tomemos como ejemplo la "Ciudad libre de Christiania
En Dinamarca, en 1971 se ocuparon unos terrenos abandonados por el ejercito y se fundó lo que podríamos denominar una "comuna antisistema" pero pasado el tiempo, sus ideales fueron olvidados y sustituidos por los más degradantes del sistema contra el que se enfrentaban. Ahora Christania es un gigantesco chiringuito donde beber y fumar porros, como Ibiza para los Alemanes, y el New Age arrasa entre mercadillos "solidarios" de camisetas, productos "ecológicos" y música hortera.

Una comunidad antisistema no debe limitarse a ignorar las prohibiciones respecto al consumo de droga, muy al contrario, debe plantearse estas, las drogas, como un arma de dominación del sistema y por eso rechazarlas al igual que el alcohol y todo tipo de narcóticos espirituales. Tampoco debería buscar únicamente el placer individual y el disfrute de cada segundo de la existencia de forma egoísta, sino dirigir la existencia a una lucha activa y efectiva por el bien común y por la defensa y mantenimiento de lo conseguido.
Una revolución real debe ser total, desde aquí mi apoyo a la revolución integral: empezando por el individuo para alcanzar una sociedad mejor. Debemos entrenar nuestro cuerpo y nuestra mente, aprender a curarnos, a alimentarnos, a conversar, a producir nuestros alimentos, construir nuestras casas y utensilios, y ante todo, aprender a convivir y estar dispuestos a defender con nuestra propia vida estos ideales.



2 comentarios:

  1. Parece que en un país con poca poblacion, y con una maquinaria proporcionalmente gubernamental pequeñita, es viable que un grupo de ciudadanos se imponga al Estado.
    La idea del barrio está bien, lo de la propiedad colectiva y en uso, pero el lado real es similar al de las reservas indias en Estados Unidos: aunque sean en apariencia islotes independientes, no son autónomos, pues no producen por sí mismos los bienes, servicios y materia primas que consumen ni pueden deshacerse de la misma forma de los desechos que generan, tampoco son bastiones de grandes fortunas que puedan vivir de inversiones y rentas. Así que acaban aprovechando su singularidad y excepción legislativa para vivir del turismo, del juego y de las drogas.

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    1. Pero si aquí lo teóricamente importante eran los principios, no puedes actuar así, ¿porqué entonces para que lo haces?

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