¿Te atreves a adivinar quien pudo escribir esto?:
Los parlamentos son la columna vertebral de la democracia convencional que
prevalece en el mundo actual. El parlamento es una distorsión del pueblo, y
los sistemas parlamentarios son una falsa solución al problema de la
democracia. Un parlamento está originariamente fundamentado en
representar al pueblo, pero es en sí mismo antidemocrático, dado que
democracia significa la autoridad del pueblo, y no una autoridad que actúa en
nombre de él. La mera existencia de un parlamento significa la ausencia del
pueblo. La verdadera democracia existe sólo a través de la participación
directa del pueblo, y no a través de la actividad de sus representantes. Los
parlamentos han sido barreras legales entre el pueblo y el ejercicio de la
autoridad, excluyendo a las masas de las políticas significativas y
monopolizando la soberanía en su lugar. Al pueblo se le deja sólo con la
fachada de una democracia, manifestada en largas colas para depositar sus
papeletas electorales.
La educación, o el aprendizaje, no es necesariamente ese plan de estudios
rutinario ni esos temas clasificados en los libros de texto que los jóvenes
están obligados a aprender durante horas especificadas, mientras están
sentados en filas de pupitres. Este tipo de educación prevaleciente ahora en
todo el mundo está dirigido contra la libertad humana. Educación controlada
por el estado, de la que los gobiernos alardean siempre que son capaces de
obligarla en sus jóvenes, es un método de supresión de la libertad. Es una
anulación obligatoria del talento del ser humano, así como un dirigir
coercitivamente las elecciones del ser humano. Es un acto de dictadura
destructivo de la libertad, porque priva al pueblo de su libre elección,
creatividad y brillantez. Forzar a un ser humano a aprender según un plan de
estudios programado es un acto dictatorial. Imponer ciertos temas en las
personas también es un acto dictatorial.
La educación estandarizada y controlada por el estado es, de hecho, un
embrutecimiento forzado de las masas. Todos los gobiernos que establecen
ciclos de educación en términos de planes de estudios académicos, y que
obligan a su pueblo a aprender estos cursos, coercen a sus ciudadanos. Todos
los métodos de educación imperantes en el mundo deberían ser destruidos
mediante una revolución cultural universal, que liberara la mente humana de
los planes de estudios de fanatismo que dicta un proceso de distorsión
deliberada de la habilidad conceptual, la mentalidad y los gustos del hombre.
Esto no significa que las escuelas deban ser cerradas y que las personas deban
volver la espalda a la educación, como pudiera parecer a los lectores
superficiales. Por el contrario, significa que la sociedad proporcionará todos
los tipos de educación, dando a las personas la oportunidad de elegir
libremente aquellos temas que deseen aprender. Esto requiere un número
suficiente de escuelas para todos los tipos de educación. Un número
insuficiente de escuelas limitan la libertad humana de elección, obligando a
aprender sólo los temas disponibles, mientras se les priva del derecho natural
de elegir a causa de la no disponibilidad de otros temas.
El Libro verde de Gadafi.
ResponderEliminarCurioso. No pega mucho con la imagen que nos han inducido los mass media del personaje.
Me has jodio la sorpresa, pero si... jajajaja :D
EliminarLa imagen real de Gadafi y de la propia Libia, no es la que se vendió.
Lástima que no predicara precisamente con el ejemplo de tan sabias reflexiones. Más que nada, porque Occidente no necesita muchas razones para distorsionar la imagen de éste o aquél dirigente que suponga obstáculo en su camino.
ResponderEliminarSaludos.
¿Y quien dice que no lo hiciese, nuestros medios de desinformación?
EliminarNo nuestro sistema no acepta rivales, sobre todo porque lleva las de perder.
Muy bueno. Y vaya que no corresponde en nada con la imagen de Gadafi en los medios de comunicación.
ResponderEliminarSaludos.
Ni con la forma de vivir que había.
EliminarAmigo eso ha salido muy en los medios de comunicación... del Gadafi, pertenece al famosos libro verde de Gadafi, ....este tío tomaba algo raro o era bipolar, menudo psicópata.
ResponderEliminarSaludos Piedra.
¿Esa opinión es sobre lo que conoces de él o sobre lo que te han contado?
Eliminar...Quizás no era tan malo.
El problema actual está en que estamos en una "democracia" representativa, no en una democracia participativa. El poder ha de ejercerlo el pueblo, sin intermediarios y que aquellos que elijan sean simplemente manos ejecutoras del pueblo o asesores a lo sumo.
ResponderEliminarEl problema actual es que estamos en una dictadura burguesa disfrazada de Democrácia. No si es representativa o participativa.
ResponderEliminarSin Revolución nada tendrá el pueblo,¿
no crees?
Saludos rojos.