Residuos sólidos urbanos.

A partir de el fango extraído de las aguas residuales, las de las alcantarillas, se produce un compost que se vende como fertilizante. A priori se solucionan dos problemas: limpiar las aguas fecales que se reutilizan o se vierten limpias al mar y la posibilidad de deshacerse de todos los tóxicos que contienen, además de forma comercial.

Por supuesto, los residuos sólidos urbanos crecen a medida que crece las ciudades y su mayor industrialización los vuelve más tóxicos, pero con la solución de devolverlos a la tierra parece que resolvemos el problema. ¿...o no?
Los estudios realizados... por las mismas empresas que se dedican a gestionar estos residuos, muestran que contienen todas las sustancias necesarias para ser considerados unos buenos abonos en cuanto a sus niveles minerales, pero por supuesto obvian la presencia de metales pesados, que serán añadidos a la cadena trófica, una vez asimilados por los vegetales abonados con ellos, y de bacterias y virus, que aunque aletargados, una vez situados en un ambiente propicio pueden multiplicarse sin control.

El siguiente vídeo trata de todo este problema, cuya solución pasa en primer lugar necesariamente por reducir los contaminantes, así como el volumen total de los residuos y por supuesto, encontrar otra forma de deshacerse de ellos que usarlos como abono.