Crimenes de guerra.

Los criminales de guerra neoconservadores que hay entre nosotros 

Si cazan nazis, ¿por qué no cazar a estos también? 

 Por Paul Craig Roberts 

 El Departamento de Estado estadounidense cuenta con una oficina para perseguir a criminales de guerra alemanes. Sin embargo, siendo la burocracia como es, esta oficina puede que exista hasta el siglo que viene, cuando cualquier carcelero alemán superviviente haya cumplido los 200 años de edad. 

De vez en cuando, el Departamento de Estado dice haber encontrado algún modesto soldado alemán al que destinaron como guardián de un campo de concentración. A partir de entonces, ese anciano, que habrá vivido en Estados Unidos durante los últimos 50 o 60 años sin hacer daño a nadie, será perseguido sin piedad, generalmente basándose en rumores.

Nunca he entendido qué es lo que el Departamento de Estado cree que podía haber hecho el supuesto carcelero: ¿liberar a los prisioneros, dimitir de su puesto? Aristócratas prusianos, importantes generales del ejército alemán o el mariscal de campo y héroe nacional Erwin Rommel fueron asesinados por tratar de derrocar a Hitler.

Lo que el Departamento de Estado necesita es una oficina dedicada a perseguir criminales de guerra estadounidenses. Éstos abundan y no son difíciles de encontrar. De hecho, recientemente, 56 de ellos han salido a la luz firmando una carta dirigida al presidente Obama en la que le exigen que envíe al ejército estadounidense para rematar la destrucción de Siria y de su pueblo que comenzó Washington. 

En los Juicios de Núremberg contra los alemanes derrotados tras la Segunda Guerra Mundial, el gobierno estadounidense estableció el principio de que la agresión pura y dura —al estilo de las que comete Estados Unidos en Afganistán, Iraq, Libia, Somalia, Pakistán y Yemen— constituye un crimen de guerra. Así pues, existe un importante precedente para que el Departamento de Estado vaya a por estos neoconservadores que están fomentando más crímenes de guerra. Pero no se hagan ilusiones. En la actualidad, el Departamento de Estado y todo el gobierno estadounidense se hallan en manos de criminales de guerra. Son elegidos para la presidencia, el Congreso y el Senado, y nombrados jueces de los tribunales federales. Soldados estadounidenses como Bradley Manning, que actuó del mismo modo que el Departamento de Estado esperaba que hubieran hecho los soldados alemanes, no solo no han recibido honores, sino que les han enviado a las mazmorras y les han torturado, además de urdir contra ellos consejos de guerra. 

La hipocresía es la marca de la casa en Washington, y todos, excepto los más ciegos, están ya acostumbrados a que sus dirigentes digan una cosa y hagan otra. Ahora parece que los estadounidenses nos consideramos miembros de “la nación virtuosa”, “el pueblo indispensable”, mientras nuestros gobernantes van cometiendo crímenes de guerra por todo el mundo. 

Dado que nos han hecho a todos cómplices de los crímenes de guerra de «nuestro» gobierno, nos toca averiguar quiénes son los criminales de guerra activos que se encuentran entre nosotros y que nos han traído esta reputación. 

Es posible averiguar la identidad de muchos de quienes están llevando al mundo hacia la tercera (cuarta) guerra mundial con sus políticas que desembocan en el asesinato de un gran número de árabes y de musulmanes en Siria, Afganistán, Libia, Somalia, Pakistán, Yemen, Iraq y Líbano con solo examinar las firmas de la carta que se han sacado de la manga los neoconservadores para Obama donde le piden que invada Siria para “rescatar” al pueblo sirio de su gobierno. Según esta carta firmada por 56 neoconservadores, el único responsable de las muertes en Siria es el gobierno de ese país. 

Los “rebeldes” financiados y armados por Washington se limitan a proteger al pueblo del gobierno de Assad. Según los firmantes, la única manera de salvar a la población es que Washington deponga al gobierno sirio y cree un estado títere que atienda las necesidades de Israel y de Washington. Entre las 56 firmas se encuentran las de algunos miembros del Congreso Nacional Sirio, considerado una tapadera de la CIA, y unos cuantos pringados cristianos [1]. El resto de ellas corresponden a neoconservadores judíos que poseen estrechos lazos con Israel, algunos de los cuales son aparentemente ciudadanos israelíes con doble nacionalidad que participan en la gestación de la política exterior estadounidense.

Los nombres que figuran en esta lista forman una malvada concentración cuyo objetivo no es solo llevar el Armagedón al pueblo sirio, sino también al mundo. 

 Esta carta para Obama forma parte de la operación de propaganda creada para demonizar al gobierno sirio a base de mentiras para deshacerse de un gobierno que apoya a Hezbolá, los musulmanes del sur del Líbano que en dos ocasiones han expulsado de ese país al elogiado, aunque cobardemente, ejército israelí, evitando así que el gobierno de Israel lograra su objetivo de robar los recursos hídricos del sur del Líbano. 

En la carta no hay una sola frase correcta. He aquí un ejemplo: “El régimen de Assad supone una grave amenaza para los intereses de la seguridad nacional de los Estados Unidos”. Se trata de una afirmación completamente absurda, a pesar de que los estúpidos que han firmado la carta dicen ser “expertos en seguridad”. ¿Cómo evaluar el hecho de que 56 personas carentes de la más mínima vergüenza mientan al presidente de los Estados Unidos diciéndole en su cara las falsedades más absurdas y obvias para conseguir sus propios fines a expensas no solo de las vidas de los sirios, sino, en caso de extenderse la guerra, de la vida en nuestro planeta? Estos mismos arquitectos neoconservadores del Armagedón también están actuando contra Irán, Rusia, los países del Asia central antes incluidos en el bloque soviético, Ucrania, Bielorrusia y China. Parecen impacientes por iniciar una guerra nuclear. He aquí los nombres de algunos de los peores enemigos de la humanidad: http://www.informationclearinghouse.info/article32021.htm 

 Fuente: Global Research Fecha de publicación original: 1-8-12 Traducido por Ana Atienza 

 [1] N. de la t.: «a few names from dupes among the goyim» en el original. Goyim es un término despectivo con el que algunos judíos se refieren a quienes no lo son, en especial a los cristianos. 

 Fuente: http://www.antimilitaristas.org/spip.php?article5181#forum19077