El dinero público debería destinarse en su totalidad a la sociedad, pero en la práctica la mayor parte es desviado a los cuerpos represivos del estado, el aparato propagandístico y el mantenimiento de parásitos.
Una de las formas de luchar contra esto es realizar la objeción fiscal, cerrarles el grifo, entregando exclusivamente el dinero correspondiente a gastos sociales en nuestra declaración de renta.
Los soldados españoles que asesinan y torturan inocentes en países extranjeros son pagados con nuestros impuestos.
La policía que golpea a los ciudadanos cuando estos protestan por las injusticias, se pagan con nuestros impuestos.
Los bancos que desahucian familias, son ayudados económicamente con nuestros impuestos.
Las cárceles donde se tortura y se retiene a cada vez mayor numero de personas, mucho menos culpables en su mayoría que muchos de los que los han enviado allí, se pagan con nuestros impuestos.Mientras nosotros lo permitamos continuará siendo así.