No es fácil de responder o de aceptar pero tus hijos no te pertenecen, sino que pertenecen al estado.
El estado realiza una inversión en cada uno de nosotros y la protege (incluso de uno mismo), hasta que ha exprimido todo lo que cada cual puede ofrecerle aun en contra de su voluntad, o sobre todo de ese modo, aunque la propaganda haya conseguido crear un estado de inconsciencia que nos hace servir unos interese ajenos de forma voluntaria; Somos esclavos felices.
Un hijo de la Gran Bretaña cuyo hijo estaba siendo tratado de un tumor cerebral, tras decidir que el tratamiento no era el más adecuado y que existe otro menos agresivo y más eficaz, trató de trasladar a su hijo a otro país ya que en Inglaterra no está disponible la tecnología necesaria para ese tratamiento. Los médicos se negaron a perder al cliente y lo amenazaron con quitarle la custodia si continuaba queriendo joderles el negocio, así que tuvo que "raptar" a su propio hijo del hospital y trasladarlo él mismo tras haber conseguido el dinero necesario para darle en tratamiento que él piensa que es mejor para su hijo, que va a pagar él, y que es más moderno, más seguro y menos agresivo.
Hoy ha sido detenido junto a su esposa en Málaga y los medios de desinformación, lejos de contar la historia correctamente, se han preocupado sobre todo de recalcar que son "testículos de Jehová" para dar la errónea impresión de que la huida se produjo por motivos religiosos, que son unos fanáticos que van a dejar morir al crío, cuando es exactamente lo contrario.
31/8/14
27/8/14
La estupidez como sintoma de degradación social.
El fin de la humanidad a partir de la perdida de su dignidad personal, esa parece la meta de nuestra sociedad y nos dirigimos a ello a pasos agigantados.
Vídeo, los nuevos héroes del mundo:
Vídeo, los nuevos héroes del mundo:
24/8/14
El buen ladrón.
Una reflexión de porqué es más digno robar que dejarse explotar.
¿Por qué he robado? Texto de inculpación de Marius Jacob en 1905
La banda que Alexandre Jacob formara con su compañera Rose Roux, su madre Marie Berthou, o algunos otros camaradas se proponía practicar el robo de manera científica –se dividen Francia en tres partes según la red ferroviaria- no como medio de ataque contra el mundo de los poderosos o como perturbación social.
La audiencia de Amiens les condenó a muchos años de cárcel y, a algunos, como a Jacob, a trabajos forzados de por vida. Presentado recurso de casación, Marius Jacob es condenado en Orleans, el 24 de julio de 1905, a veinte años de trabajos forzados, y será deportado al penal de la Guayana francesa, donde permanecerá desde 1906 hasta finales de 1925, tiempo en el que intentará una veintena de evasiones, y pasará años en celdas de castigo.
"Por qué he robado" es el texto de inculpación que Jacob leyó ante los jueces de la audiencia de Amiens.
Señores: Ahora sabéis quien soy: un rebelde que vive del producto de sus robos Aún más: he incendiado hoteles y he defendido mi libertad contra la agresión de los agentes del poder. He puesto al descubierto toda mi existencia de lucha; la someto, como un problema, a vuestras inteligencias. No reconociendo a nadie el derecho de juzgarme, no imploro ni perdón ni indulgencia. Nada solicito a quienes odio y desprecio. ¡Sois los más fuertes! Disponed de mí de la manera que lo entendáis, mandarme al presidio o al patíbulo, ¡poco me importa! Pero antes de separarnos, dejarme deciros unas últimas palabras.
Ya que me reprocháis sobre todo ser un ladrón, es útil definir lo que es el robo.
Para mí, el robo es la necesidad que siente cualquier hombre de coger aquello que necesita. Esta necesidad se manifiesta en cualquier cosa: desde los astros que nacen y mueren igual que los seres, hasta el insecto que se mueve por el espacio, tan pequeño, tan ínfimo que nuestros ojos pueden apenas distinguirlos. La vida no es sino robos y masacres. Las plantas, los animales se devoran entre ellos para subsistir. Uno no nace sino para servir de pasto al otro; a pesar del grado de civilización, de perfeccionabilidad, el hombre no se sustrae a esta ley si no es bajo pena de muerte. Mata las plantas y los animales para alimentarse de ellos. Rey de los animales, es insaciable. Aparte de los objetos alimenticios que le aseguran la vida, el hombre se alimenta de aire, de agua y de luz. Ahora bien ¿se ha visto alguna vez a dos hombres disputarse, degollarse por estos alimentos? No que yo sepa. Sin embargo son los alimentos más preciosos sin los cuales un hombre no puede vivir. Podemos estar varios días sin absorber substancias por las que nos hacemos esclavos. ¿Podemos hacer igual con el aire? Ni siquiera un cuarto de hora. El agua forma las tres cuartas partes de nuestro organismo y nos es indispensable para mantener la elasticidad de nuestros tejidos. Sin el calor, sin el sol, la vida sería imposible. Luego, cualquiera coge, roba estos alimentos. ¿Se hace de ello un crimen, un delito? ¡Cierto que no! ¿Por qué se reserva el resto? Porque comporta un gasto de energía, una suma de trabajo. Pero el trabajo es lo propio de una sociedad, es decir la asociación de todos los individuos para alcanzar, con poco esfuerzo, el máximo de felicidad. ¿Es ésta la imagen de lo que hay? ¿Se basan vuestras instituciones en una organización de este tipo? La verdad demuestra lo contrario. Cuanto más trabaja un hombre, menos gana; cuanto menos produce, más beneficio obtiene. El mérito no se tiene pues en consideración. Sólo los audaces se hacen con el poder y corren a legalizar sus rapiñas. De arriba debajo de la escala social no hay más que bellaquería de una parte e idiotez de la otra. ¿Cómo queríais que, lleno de estas verdades, respetara tal estado de cosas?
Un comerciante de alcohol o un dueño de burdel se enriquecen, mientras que un hombre de genio va a morir de miseria en un camastro de hospital. El panadero que amasa el pan lo tiene en falta; el zapatero que confecciona miles de zapatos enseña sus dedos del pie; el tejedor que fabrica montones de ropa no tiene con que cubrirse; el albañil que construye castillos y palacios carece de aire en su infecto cuartucho. Aquellos que producen todas las cosas, nada tienen, y los que nada producen lo tienen todo. Tal estado de cosas no puede sino producir el antagonismo entre las clases trabajadoras y la clase poseedora, es decir holgazana. Surge la lucha y el odio golpea. Llamáis a un hombre "ladrón y bandido", le aplicáis el rigor de la ley sin preguntaros si él puede ser otra cosa. ¿Se ha visto alguna vez a un rentista hacerse ratero? Confieso no conocer a ninguno. Pero yo que no soy ni rentista ni propietario, que no soy mas que un hombre que sólo tiene sus brazos y su cerebro para asegurar su conservación, he tenido que comportarme de otro modo. La sociedad no me concedía más que tres clases de existencia: el trabajo, la mendicidad o el robo. El trabajo, lejos de repugnarme, me agrada, el hombre no puede estar sin trabajar, sus músculos, su cerebro poseen una cantidad de energía para gastar. Lo que me ha repugnado es tener que sudar sangre y agua por la limosna de un salario, crear riquezas de las cuales seré frustrado. En una palabra, me ha repugnado darme a la prostitución del trabajo. La mendicidad es el envilecimiento, la negación de cualquier dignidad. Cualquier hombre tiene derecho al banquete de la vida. El derecho de vivir no se mendiga, se toma. El robo es la restitución, la recuperación de la posesión. En vez de encerrarme en una fábrica, como en un presidio; en vez de mendigar aquello a lo que tenía derecho, preferí sublevarme y combatir cara a cara a mis enemigos haciendo la guerra a los ricos, atacando sus bienes... Ciertamente, veo que hubierais preferido que me sometiera a vuestras leyes; que, obrero dócil, hubiese creado riquezas a cambio de un salario irrisorio y, una vez el cuerpo ya usado y el cerebro embrutecido, hubiese ido a reventar en un rincón de la calle. Entonces no me llamaríais "bandido cínico", sino "obrero honesto". Con halago me hubierais incluso impuesto la medalla del trabajo. Los curas prometen el paraíso a sus embaucados; vosotros sois menos abstractos, les ofrecéis papel mojado. Os agradezco tanta bondad, tanta gratitud, señores. Prefiero ser un cínico consciente de mis derechos que un autómata, que una cariátide. Desde que tuve conciencia me dediqué al robo sin ningún escrúpulo. No entro en vuestra pretendida moral que predica el respeto a la propiedad como una virtud mientras que en realidad no hay peores ladrones que los propietarios. Podéis estar satisfechos de que este prejuicio haya calado en el pueblo ya que es vuestro mejor gendarme. Conociendo la impotencia de la ley y de la fuerza, habéis hecho de él el más sólido de vuestros protectores. Pero parad atención; todo tiene un tiempo. Todo lo que se construye por la astucia y la fuerza, la astucia y la fuerza pueden destruirlo. El pueblo evoluciona cada día. Mirad que todos los muertos de hambre, todos los miserables, en una palabra, todas vuestras víctimas, instruidos por estas verdades, conscientes de sus derechos, armados con palancas, no vayan a asaltar vuestros domicilios para retomar las riquezas que ellos han creado y que vosotros les habéis robado. ¿Creéis que serían más desgraciados? Creo que todo lo contrario. Si se lo piensan bien preferirán correr cualquier riesgo antes que engordaros gimiendo en la miseria. ¡La cárcel, el presidio, el patíbulo! Diréis. Pero qué son estas perspectivas comparadas con una vida embrutecida, llena de sufrimientos. El minero que gana su pan en las entrañas de la tierra, sin ver jamás lucir el sol, puede morir de un momento a otro víctima de una explosión de grisú; el pizarrero que deambula por los tejados puede caer y hacerse mil pedazos; el marinero conoce el día de su partida pero ignora si volverá a puerto. Un buen número de obreros cogen enfermedades fatales durante el ejercicio de su oficio, sea agotan, se matan para crear para vosotros; y hasta los gendarmes, los policías, que por un hueso que les dais a roer, encuentran la muerte en la lucha que emprenden contra vuestros enemigos. Obstinados en vuestro estrecho egoísmo permanecéis escépticos ante esta visión, ¿no es así? El pueblo tiene miedo, parecéis decir. Lo gobernamos como el miedo de la represión; si grita lo metemos en prisión; si se mueve, lo deportamos al presidio; si sigue, lo guillotinamos. Mal cálculo, señores, creerme. Las penas que infligiréis no son un buen remedio contra los actos de sublevación. La represión lejos de ser un remedio, un paliativo, no es sino una agravación del mal. Las medidas correctivas no pueden más que sembrar el odio y la venganza. Es un ciclo fatal. Desde que hacéis rodar cabezas, desde que llenáis cárceles y presidios, ¿habéis impedido que se manifestara el odio? ¡Responded! Los hechos demuestran vuestra impotencia. Por mi parte sabía que mi conducta no podía tener otra salida que el presidio o el patíbulo. Y podéis ver que esto no me ha impedido actuar. Si opté por el robo no fue por una cuestión de ganancias sino por una cuestión de principios, de derecho. Preferí conservar mi libertad. Mi independencia, mi dignidad de hombre, que hacerme artesano de la fortuna de un amo. En términos más crudos y sin eufemismo alguno he preferido robar antes que ser robado. También yo repruebo el hecho por el cual un hombre se apropia violentamente y con astucia del fruto del trabajo ajeno. Pero es precisamente por esto que he hecho la guerra a los ricos, ladrones de los bienes de los pobres... También yo quisiera vivir en una sociedad en la que el robo fuera desterrado. No apruebo y no he usado el robo sino como medio de rebelión para combatir el más inicuo de todos los robos: la propiedad individual. Para destruir en efecto hace falta destruir su causa. Si hay robo es porque hay abundancia de una parte y escasez de otra; es porque todo no pertenece más que a unos pocos. La lucha no acabará hasta que todos los hombres pongan en común sus alegrías y sus penas, sus trabajos y sus riquezas; hasta que todas las cosas pertenezcan a todos.
Anarquista revolucionario he hecho la revolución. Venga la Anarquía.
Alexandre Marius Jacob
visto en :http://intentandolautopia.blogspot.com.es/2012/08/por-que-he-robado-texto-de-inculpacion.html
22/8/14
Proyecto monarca, aplicaciones prácticas.
En alguna otra ocasión hablaremos del proyecto monarca, de momento para situarnos en como se pone en práctica y conocer de su existencia, un copi-pega.
Habrá quien considere esto chorradas de paranoicos que buscan mensajes en los crucigramas semanales o escuchando discos al revés, pero eso es debido al desconocimiento y el buen hacer de los servicios de intoxicación.
El vídeo "Wide Awake" de Katy Perry demuestra nuevamente la presencia del control mental basado en el trauma en la industria musical En este corto artículo veremos las referencias más importantes y el significado que encierran.
Es importante destacar que el vídeo narra a una verdadera Katy Perry como artista en su propio
camerino y encerrada en sus propios pensamientos. A diferencia de otros vídeos donde ella representa una historia ficticia o ilusoria, en "Wide Awake" se desprende una parte interna de la verdadera cantante, la cuál parece no ser muy comoda ni favorable para ella.
El compás masónico y los triángulos en sus pendientes son usados para simbolizar la ley luciferina "como es arriba es abajo". Curiosamente ella también esta frente a los dos pilares masónicos Boaz y Jachin, los cuáles la dirigen hacia un laberinto tenebroso. En términos de control mental el laberinto es la propia mente de la víctima.
Una fresa emerge de las oscuras paredes. Este es el fruto prohibido ya mencionado en diversos artículos sobre gnosticismo (conocimiento secreto).
El hecho que tenga tatuado el nombre "Jesús" en su muñeca es una referencia directa a esta práctica.
Si se preguntaron alguna vez porque los artistas illuminati como Kanye West o Jay-Z tienen tanta fascinación con las sociedades secretas, es muy probable que hayan sido sugestionados a estos conceptos incluso desde niños.
Luego de morder el fruto se encuentra con Katy niña, la representación de la infancia perdida en la víctimas de control mental.
Ella la dirige hacia un cuarto con el clásico patrón masónico y muchos espejos. Los espejos son usados en el control mental para la creación de multipersonalidad y el desorden de identidad disociativo.
Si bien la niña no tiene reflejo, esta representa tanto a la Katy real como a la parte de su psique que esta siendo programada. La vestimenta también se transforma en un tipo de collage de mariposas, los cuales son usados frecuentemente en el control mental debido a la ilusión de la víctima de poder volar bajo el proceso de control mental y tortura.
Cuando su mundo empieza a desmoronarse la única forma de salir es rompiendo el espejo. En otras palabras, rompiendo la mente de la víctima en diversos alters o personalidades. Para Katy la única forma de escapar es mediante la disociación de la mente.
Como resultado a este doloroso procedimiento ella es traída por unos segundos a la realidad, donde no es más que una víctima de control mental.Ella todavía carga el fruto prohibido, una muestra de que la programación a cumplido su fin.
Sus controladores son también representados con cabezas de Baphomet, quizás para dejar en claro que tan demoníaco es este proceso para la víctima.
Usualmente los controladores usan mascaras para desorientar aún más a su víctimas. Ante este siniestro problema la niña destruye a los demonios y lleva a Katy fuera del laberinto donde todo es muy colorido y lleno de flores. Esta clase de recuerdos se usan en la programación monarca para dar la ilusión a la víctima de que ya es libre y a vencido a los demonios, olvidando todo el doloroso proceso de tortura y su programación.
Incluso lo que parecería un final feliz es en realidad el mismo engaño efectuado sobre Katy. Ella posee aún las mariposas en su cabeza y es vigilada por una siniestra figura de gato con ojos hipnóticos.
Luego de ayudarla a "escapar" la niña le entrega una mariposa y se aleja en una bicicleta que tiene escrito el nombre "Katheryn", simbólicamente su niñez desaparece para dar paso a Katy Perry, un nuevo alter programado.
La verdadera Katy Perry vuelve en sí descubriendo que aún posee la mariposa. Ella sigue siendo un producto de sus controladores y el control mental monarca.
Literalmente el vídeo trata de expresar un recuerdo real de Katy Perry como artista, dando a entender a sus fans -en el lenguaje simbólico- el proceso de control mental al que pudo ser sometida para llegar a la fama. Este también demuestra como la masonería y las sociedades gnósticas están detrás de esta inhumana programación mental.
Debido al excesivo lenguaje sobre control mental este vídeo tiene muchas similitudes con otras producciones illuminati. Recomiendo leer los artículos de Vigilant Citizen:
- Entre Paramore, Mariposas Y Un Proyecto Llamado "Monarca"
- "Laberinto" Protagonizada Por David Bowie, Una Guía De Control Mental
- Comercial Mk Ultra: Nuevo Perfume Rihanna
- "Suckerpunch" Y Como Hacer El Control Mental Monarca Más Sexy
- Del Control Mental Al Super Estrellato: El Significado de Lady Gaga "Marry The Night"
19/8/14
Republicación del estudio de Séralini.
GMOSeralini.org da la bienvenida a la noticia de la republicación del estudio de toxicidad crónica sobre
el herbicida a base de glifosato, Roundup; y un maíz comercial
genéticamente modificado (GM), NK603 de Monsanto, liderado por el Prof
Gilles-Eric Séralini. La republicación restaura el estudio al nivel de
literatura revisada por sus pares para que así pueda ser consultada y
desarrollada entre otros científicos.
El estudio encontró daño severo al hígado y riñón y desórdenes hormonales en ratas alimentadas con el maíz GM y bajos niveles de Roundup, los cuales están por debajo de los permitidos en el agua potable de la Unión Europea. Se encontraron efectos tóxicos del maíz GM analizado por sí solo tanto como del Roundup analizado por sí solo y junto al maíz. Descubrimientos adicionales inesperados fueron las altas tasas de tumores de gran tamaño y mortalidad en la mayoría de grupos de tratamiento.
El estudio fue originalmente publicado en Food and Chemical Toxicology (FCT) en septiembre del 2012[1], pero fue retractado por el editor en jefe en noviembre del 2013 luego de una sostenida campaña de críticas y difamación de parte de científicos pro- OGM.[2]
Ahora, el estudio ha sido republicado por Environmental Sciences Europe. La versión republicada contiene material extra que aborda las críticas de la publicación original. Los datos brutos que destacan los descubrimientos del estudio también son publicados – a diferencia de los datos para los estudios de la industria que sustentan las aprobaciones regulatorias del Roundup, los cuales son mantenidos en secreto. Sin embargo, el nuevo paper presenta el mismo resultado que el anterior y las conclusiones permanecen inmutables.
El estudio republicado está acompañado por un comentario separado del equipo del Prof Séralini, describiendo los esfuerzos de lobby de parte de los que apoyan las cosechas OGM para forzar al editor de FCT a retractar la publicación original.
La editora de GMOSeralini.org, Claire Robinson, comentó: “Este estudio ha sido sometido exitosamente a no menos de tres rondas de rigurosa revisión de pares.
“La primera fue para la publicación original del estudio en Food and Chemical Toxicology. Fue aprobado con revisiones menores, de acuerdo a los autores.[3]
“La segunda revisión duró meses. Involucró una examinación no transparente de los datos brutos del Prof Séralini de parte de un panel secreto de personas anónimas organizado por el editor en jefe de FCT, A. Wallace Hayes, en respuesta a las críticas del estudio de parte de científicos pro OGM.[4,5]
“En una carta dirigida al Prof Séralini, Hayes admite que los evaluadores anónimos no encontraron nada ‘incorrecto’ sobre los resultados presentados. Sin embargo, Hayes apuntó a lo que él dice fue la naturaleza ‘inconclusa’ de algunos aspectos del paper, nombrando las observaciones tumorales y de mortalidad, para justificar su decisión de retractar el estudio.[6]
“La lógica presentada para la retractación fue ampliamente criticada por científicos como un acto de censura y una reverencia a los intereses de la industria de OGMs.[7,8] Algunos científicos destacaron que numerosos estudios científicos publicados contienen descubrimientos inconclusos, incluyendo el propio estudio de corta duración (90 días) de Monsanto sobre el mismo maíz GM, y no han sido retractados.[9] La retractación incluso fue condenada por la junta editorial de FCT.[10]
“Ahora, el estudio ha pasado una tercera revisión de pares organizada por el journal que está republicando el estudio, Environmental Sciences Europe.[11]
Para acceder al artículo completo incluidas las notas:
http://www.gmoseralini.org/republicacion-del-estudio-de-seralini-la-ciencia-habla-por-si-misma/
El estudio encontró daño severo al hígado y riñón y desórdenes hormonales en ratas alimentadas con el maíz GM y bajos niveles de Roundup, los cuales están por debajo de los permitidos en el agua potable de la Unión Europea. Se encontraron efectos tóxicos del maíz GM analizado por sí solo tanto como del Roundup analizado por sí solo y junto al maíz. Descubrimientos adicionales inesperados fueron las altas tasas de tumores de gran tamaño y mortalidad en la mayoría de grupos de tratamiento.
El estudio fue originalmente publicado en Food and Chemical Toxicology (FCT) en septiembre del 2012[1], pero fue retractado por el editor en jefe en noviembre del 2013 luego de una sostenida campaña de críticas y difamación de parte de científicos pro- OGM.[2]
Ahora, el estudio ha sido republicado por Environmental Sciences Europe. La versión republicada contiene material extra que aborda las críticas de la publicación original. Los datos brutos que destacan los descubrimientos del estudio también son publicados – a diferencia de los datos para los estudios de la industria que sustentan las aprobaciones regulatorias del Roundup, los cuales son mantenidos en secreto. Sin embargo, el nuevo paper presenta el mismo resultado que el anterior y las conclusiones permanecen inmutables.
El estudio republicado está acompañado por un comentario separado del equipo del Prof Séralini, describiendo los esfuerzos de lobby de parte de los que apoyan las cosechas OGM para forzar al editor de FCT a retractar la publicación original.
La editora de GMOSeralini.org, Claire Robinson, comentó: “Este estudio ha sido sometido exitosamente a no menos de tres rondas de rigurosa revisión de pares.
“La primera fue para la publicación original del estudio en Food and Chemical Toxicology. Fue aprobado con revisiones menores, de acuerdo a los autores.[3]
“La segunda revisión duró meses. Involucró una examinación no transparente de los datos brutos del Prof Séralini de parte de un panel secreto de personas anónimas organizado por el editor en jefe de FCT, A. Wallace Hayes, en respuesta a las críticas del estudio de parte de científicos pro OGM.[4,5]
“En una carta dirigida al Prof Séralini, Hayes admite que los evaluadores anónimos no encontraron nada ‘incorrecto’ sobre los resultados presentados. Sin embargo, Hayes apuntó a lo que él dice fue la naturaleza ‘inconclusa’ de algunos aspectos del paper, nombrando las observaciones tumorales y de mortalidad, para justificar su decisión de retractar el estudio.[6]
“La lógica presentada para la retractación fue ampliamente criticada por científicos como un acto de censura y una reverencia a los intereses de la industria de OGMs.[7,8] Algunos científicos destacaron que numerosos estudios científicos publicados contienen descubrimientos inconclusos, incluyendo el propio estudio de corta duración (90 días) de Monsanto sobre el mismo maíz GM, y no han sido retractados.[9] La retractación incluso fue condenada por la junta editorial de FCT.[10]
“Ahora, el estudio ha pasado una tercera revisión de pares organizada por el journal que está republicando el estudio, Environmental Sciences Europe.[11]
Para acceder al artículo completo incluidas las notas:
http://www.gmoseralini.org/republicacion-del-estudio-de-seralini-la-ciencia-habla-por-si-misma/
17/8/14
Demócratas de toda la vida.
Para que no sea Podemos el único partido no mayoritario aquí criticado, tenemos una interesante entrevista a un votante tipo de UPyD, que puede aclararnos de forma gráfica la mentalidad de dicho partido.
El vídeo como su propio autor reconoce está subvencionado por Corea del Norte Y Ana Pastori.
Vídeo Dimitri, votante de UPyD
El vídeo como su propio autor reconoce está subvencionado por Corea del Norte Y Ana Pastori.
Vídeo Dimitri, votante de UPyD
16/8/14
Un sabio, sobre la violencia
"La violencia existe, y está
monopolizada por el opresor que la ejerce fría y contundéntemente contra
el oprimido. La violencia no surge del oprimido, es ejercida día a día,
minuto a minuto por el opresor. La violencia del oprimido es en
realidad la violencia del opresor, vuelta contra él como un bumerán.
¡Claro que abogo por las vías inteligentes y pacíficas!, pero el poder y
quienes lo detentan se han apoderado del conocimiento y de los medios
de propagarlo, han hecho del conocimiento un negocio y arma de
adoctrinamiento y sumisión. ¡Y eso también es violencia!
No luchamos contra las personas sino contra la voraz máquina que las esclaviza. Luchamos contra un sistema que, éste sí, se erige y se perpetua sobre la violencia que ejerce en todos los ámbitos. Violencia en la enseñanza (elitista), violencia en el trabajo (explotador), violencia en la justicia (discriminación), violencia en lo religioso (machista, doctrinario y destinado a perpetuar a la clase dominante), violencia contra la tierra misma (no contempla otro fin que el beneficio económico y el enriquecimiento de la clase dominante)... etc.
No se trata de venganza, pues no existe violencia capaz de superar la ejercida por el Estado y sus ávidas marionetas. Se trata de justicia social y, sobre todo, se trata de LIBERTAD.
¿Y a quienes les vamos a exigir "maneras respetuosas"? ¿A los desahuciados, a los hambrientos, a los marginados, a los desheredados, a los explotados, a los oprimidos, a los estafados, a los condenados, a los eternamente amenazados y sometidos a la arbitrariedad de las élites... ? ¿No será a éstas a las que hay que exigir, por las armas si fuera preciso, "maneras respetuosas"?
No, la "violencia destructora" no es la que destruye la opresión, sino la que la posibilita. "
(loam)
No luchamos contra las personas sino contra la voraz máquina que las esclaviza. Luchamos contra un sistema que, éste sí, se erige y se perpetua sobre la violencia que ejerce en todos los ámbitos. Violencia en la enseñanza (elitista), violencia en el trabajo (explotador), violencia en la justicia (discriminación), violencia en lo religioso (machista, doctrinario y destinado a perpetuar a la clase dominante), violencia contra la tierra misma (no contempla otro fin que el beneficio económico y el enriquecimiento de la clase dominante)... etc.
No se trata de venganza, pues no existe violencia capaz de superar la ejercida por el Estado y sus ávidas marionetas. Se trata de justicia social y, sobre todo, se trata de LIBERTAD.
¿Y a quienes les vamos a exigir "maneras respetuosas"? ¿A los desahuciados, a los hambrientos, a los marginados, a los desheredados, a los explotados, a los oprimidos, a los estafados, a los condenados, a los eternamente amenazados y sometidos a la arbitrariedad de las élites... ? ¿No será a éstas a las que hay que exigir, por las armas si fuera preciso, "maneras respetuosas"?
No, la "violencia destructora" no es la que destruye la opresión, sino la que la posibilita. "
(loam)
14/8/14
LAS FALACIAS DE LA GLOBALIZACIÓN
Copi-pega magistral sobre una de las mentiras más difundidas por los gobiernos de izquierdas, los principales creadores de multinacionales.
Cada vez está más extendida la imagen de que la globalización, con
sucesivas desregulaciones, privatizaciones y liberalizaciones, ha
acabado con el Estado y ha logrado así imponer una economía y unos
mercados mundializados que tienen el control de todos los países. Nos
encontraríamos, según esta idea, ante una dictadura mundial de los
mercados financieros y de las empresas multinacionales comandada por una
elite de banqueros internacionales. Esto habría dado lugar a una
economía fuera de control en la que empresas y capitales imponen
unilateralmente sus intereses al conjunto de la sociedad, y donde los
Estados, tremendamente debilitados, sólo son un apéndice de dichos
poderes económicos internacionales. La conclusión lógica que se deriva
de todo esto es que el enemigo principal es la empresa transnacional y
la banca al operar sin ningún control, lo que convierte al Estado en un
aliado para, a través de la elaboración de leyes, meter en cintura a
dichos poderes supranacionales.
Sin embargo, los hechos desmienten la imagen anterior y nos muestran una realidad bien distinta. En la actualidad el mayor poder económico es el Estado. Prueba de ello es que los Estados de capitalismo avanzado acaparan una media del 50% del PIB de sus respectivas economías. Así, el Estado español se apropia de un 44% del PIB, mientras que países como EE.UU. o los escandinavos se quedan con más del 70%. Además de esto el mayor empleador es el Estado como así lo demuestran los más de 3 millones de asalariados que tiene a su cargo el Estado español, lo que supone el 25% de la población activa, mientras que la empresa del capitalismo privado con mayor número de asalariados es El Corte Inglés con 120.000. Por otra parte el porcentaje del PIB que no domina el Estado está repartido entre miles de entidades financieras y empresariales de diferente tamaño, así como entre asalariados, lo que contrasta claramente con el 44% del Estado que cada año crece en torno al 1%, de manera que su poder no para de aumentar.
La economía, lejos de estar fuera de cualquier control está fuertemente regulada por la legislación del Estado, además de controlada y dirigida a través de su política fiscal. En el caso español existe una doble tributación, por un lado el IRPF y por otro las cotizaciones a la Seguridad Social, que constituye el grueso de los ingresos con los que el Estado financia sus instrumentos de dominación. Pero a ello hay que añadir los innumerables impuestos indirectos, como el IVA, las diferentes tasas y las sanciones económicas. Para extraer estos recursos el Estado cuenta con una inmensa burocracia que se encarga de supervisar el cumplimiento de la legislación fiscal, como ocurre, por ejemplo, con la Agencia Tributaria que dispone de un colosal cuerpo de inspectores distribuido por innumerables direcciones y subdirecciones generales.
Por otro lado el mercado está lejos de ser una realidad autorregulada y fuera de cualquier control al estar sometida a la supervisión, inspección y dirección de diferentes organismos estatales. En el caso español nos encontramos con la Comisión Nacional del Mercado de Valores que inspecciona y supervisa el mercado bursátil español. O la Comisión Nacional de la Competencia, creada por el franquismo en 1963, que controla todos los mercados en materia de fusiones, agrupaciones, cesiones de cartera, transformaciones, escisiones y otras operaciones entre empresas. Pero también está la Dirección General de Seguros y Fondos de Pensiones que supervisa y controla todas las actividades de las aseguradoras, negocio que representa el 5,6% del PIB que, tras la aprobación del decreto ley 4/2013, pueden conceder créditos a empresas e invertir en fondos de capital de riesgo lo que ha significado la ampliación del sector financiero.
A nivel internacional la situación no varía mucho en la medida en que el mercado como tal no está fuera del control de los Estados, pues las transacciones comerciales y financieras que desarrolla el capitalismo privado dependen en lo esencial de las condiciones establecidas en los acuerdos alcanzados por los diferentes gobiernos. Frente a la imagen de una economía y unos mercados mundialmente integrados en los que bancos y transnacionales operan a su libre albedrío, sin restricciones de ningún tipo, los hechos demuestran una realidad bien distinta. Prueba de esto es que el comercio internacional en la actualidad es similar al que existía en 1910. Más aún, en 1900 las exportaciones constituían una media del 20,5% del PIB de las economías industriales,[1] lo que no se aleja mucho del 23,7% de media de los países de la OCDE en 2009.[2] Por otro lado hay que señalar que en 1991 el 81% de los capitales de inversión extranjera directa se situaron en países del norte como Estados Unidos, Reino Unido, Alemania y Canadá.[3] La concentración de las inversiones en estos países y su progresiva disminución cuestiona la idea de una economía realmente globalizada y liberalizada. No hay más que comprobar que las exportaciones de EE.UU., Japón y UE representan el 12% ó menos del PIB.[4] Nos encontramos, entonces, con que las economías nacionales no están atravesadas por flujos transnacionales que las vinculen con una economía mundial integrada, lo que se debe fundamentalmente a la presencia de los Estados y sus respectivas legislaciones que impiden que las empresas multinacionales y los bancos operen tan libremente como se piensa. En el caso español es el Tesoro Público la institución que se encarga de elaborar y tramitar todas las disposiciones relativas a las entidades financieras y de crédito, a los mercados de valores, a los sistemas e instrumentos de pago, al régimen de sociedades cotizadas, y a los movimientos de capitales y transacciones económicas con el exterior. Esto explica que los mercados financieros, a pesar del alto grado de interconexión que han facilitado las tecnologías, estén tan integrados como lo estaban en 1900.[5]
Otro de los mitos que ha arraigado en el imaginario colectivo es el de las empresas multinacionales como entes globales que operan al margen y por encima de los Estados.[6] Sin embargo, el hecho de que estas empresas operen a través de las fronteras de distintos Estados no quiere decir que todos ellos tengan la misma importancia para las corporaciones, ni tampoco que carezcan de un centro de gravedad geográfico. Así pues, un estudio de las 100 más grandes corporaciones concluye que ninguna de ellas puede considerarse realmente global. Por el contrario acostumbran a estar más vinculadas a su lugar de origen donde desarrollan lo más importante de su actividad: gestión, investigación y desarrollo, ubicación de los principales activos, control, dirección, etc. Sirva como ejemplo que las multinacionales alemanas y japonesas desarrollan menos del 50% de sus actividades en el exterior. A esto hay que sumar que los Estados con un PIB elevado tienden a centrar su actividad económica dentro de sus fronteras, y con ello a producir bienes y servicios para su propio consumo. Más del 90% de la producción de las economías industrializadas está dirigida al mercado doméstico. De hecho los sectores económicos que apenas tienen relación con el comercio internacional son los que emplean a la mayor parte de la población. Todo esto demuestra que las empresas multinacionales son realmente empresas nacionales que operan a nivel internacional,[7] y que en última instancia constituyen una creación del Estado bien por medio de la privatización de empresas estatales, o bien con concesiones monopolistas. En España las principales empresas multinacionales fueron una creación del Estado a la sombra del cual crecieron, los casos más significativos son Ferrovial y el grupo ACS con las obras públicas de infraestructura, pero también El Corte Inglés o Inditex con contratos millonarios para vestir al ejército y a los cuerpos represivos. Pero también están las privatizaciones de Repsol, Telefónica y tantas otras empresas estatales que a día de hoy son multinacionales de gran envergadura.
Los hechos demuestran que la formación de empresas multinacionales sólo es posible con el apoyo de los gobiernos, gracias a los que consiguen una posición de privilegio con la que alcanzan una ventaja competitiva en el mercado interior y exterior. El Estado, para dotarse de la capacidad económica necesaria para el logro de sus intereses en la esfera internacional, favorece la creación de monopolios a nivel interno que posteriormente apoya directamente en su implantación en el exterior. Para esto último el Estado dispone de sus propias instituciones que en el caso español son el Instituto de Comercio Exterior y la Compañía Española de Financiación del Desarrollo, dependientes del Ministerio de Economía, cuya principal labor es facilitar la penetración de las empresas españolas en los mercados internacionales. Esto ha dado lugar a la formación de una estructura económica internacional en la que las presiones exteriores están determinadas por la esfera doméstica de cada Estado, y por tanto por sus propias capacidades económicas, al mismo tiempo que el efecto de dichas presiones varía en función de la fortaleza de las instituciones de cada país. En un contexto de rivalidad entre Estados las empresas multinacionales son un instrumento para la adquisición de recursos en el exterior, pero sobre todo para la proyección del poder del Estado allende sus fronteras.
También está muy extendida la idea de que el sector financiero está completamente globalizado, y que por tanto escapa a cualquier tipo de regulación y de control estatal. Nada de esto es cierto en la medida en que a día de hoy, a causa de la crisis, los principales bancos han sido nacionalizados y son propiedad estatal. Este es el caso de los principales bancos americanos, pero también de los alemanes y españoles. Asimismo, es relativamente frecuente la existencia de entidades de crédito estatales como ocurre en España con las cajas de ahorro, así como organismos autónomos que se ocupan de financiar y obtener participaciones en infinidad de empresas del capitalismo privado. Esto es lo que ocurre con el Instituto de Crédito Oficial, agencia financiera creada por el franquismo en 1971, que opera como banco estatal.
Asimismo, la percepción de que la banca es la que controla los Estados al prestarles dinero es engañosa. La principal fuente de ingresos son los impuestos, pues como ya apuntó en su momento Norbert Elias el Estado se caracteriza por detentar el monopolio de la tributación y el de la violencia, de forma que ninguno de ellos tiene preeminencia sobre el otro en la medida en que se sostienen mutuamente.[8] La banca se limita a unir el monopolio militar al monopolio fiscal. Su función es adelantar dinero al Estado en espera de la contribución que él mismo recauda, lo que le permite separar el ritmo de sus gastos del cobro de tributos y gastar adelantándose a sus ingresos. La necesidad del Estado de conseguir préstamos con rapidez se debe a que hace más fácil costear la acción bélica. De esta forma la rapidez en la consecución de préstamos permite al Estado movilizarse con mayor celeridad que sus enemigos en caso de guerra.[9] Nada de esto evita que a largo plazo el Estado requiera alguna forma de tributación con la que costear los crecientes gastos que implica el mantenimiento de una fuerza militar permanente. La importancia de la banca ha aumentado en la misma medida en que los medios para preparar y hacer la guerra se han encarecido, de forma que la deuda contraída por el Estado está contratada con entidades financieras que en ocasiones dependen en lo esencial de otros Estados. Esto demuestra que los bancos son, en definitiva, un instrumento de poder de los Estados para la consecución de sus intereses en la esfera internacional, y por tanto un mecanismo de control y dominación sobre otros países además de una herramienta para financiar sus gastos para la guerra.
El sector financiero, a diferencia de lo que habitualmente se cree, está sometido a un importante control estatal a través de los bancos centrales, entidades que tienen un estatuto difícil de establecer con precisión pero que juegan un papel estratégico. Entre sus principales funciones está el diseño de la política financiera del Estado, la emisión de dinero fiduciario y el desempeño de labores de inspección, dirección y control de las entidades de crédito que operan en su jurisdicción. Juntamente con esto realizan las operaciones de cambio de divisas, además de gestionar las reservas oficiales lo que les confiere un poder decisivo dentro del sistema financiero nacional e internacional. Todo esto desmiente la idea de que los bancos operan libremente por encima de los Estados.
Por otra parte las privatizaciones de servicios que con anterioridad estaban a cargo exclusivo del Estado se ha considerado un debilitamiento del mismo, y a su vez uno de los rasgos definitorios de la globalización que pondría de manifiesto la integración de las economías y mercados nacionales en una realidad económica mundial dominada por multinacionales y bancos internacionales. Sin embargo, los hechos demuestran que las privatizaciones lejos de debilitar al Estado lo refuerzan en la medida en que obtiene ingresos de la venta de las empresas privatizadas, pero también los consigue de la actividad económica que desarrollan. Juntamente con esto las privatizaciones en determinadas áreas permiten al Estado deshacerse de una carga, pues es sabido que en muchos casos las empresas del capitalismo privado son más eficientes. Al mismo tiempo el Estado, a través de concesiones monopolísticas contribuye a crear grandes empresas que obtienen suculentos beneficios de los que el ente estatal extrae ingresos. Nada de esto significa que las empresas pasen a desempeñar funciones de gobierno, algo que permanece en manos del Estado al conservar su capacidad de imponer leyes y de asegurar su cumplimiento gracias al monopolio de la violencia. De este modo el Estado no sólo sirve al capital, sino que el capital sirve al Estado y, a su vez, el Estado se sirve del capital para el logro de sus fines.
La globalización plantea un debilitamiento del Estado en todos los sentidos, pero los hechos demuestran una realidad que contradice dicho discurso. Este supuesto adelgazamiento del Estado no se ve reflejado en un descenso, por ejemplo, del número de asalariados a su cargo. Prueba de esto es la innumerable cantidad de empresas, quizá más de 4.000, en las que la totalidad o la mayor parte de su capital es de titularidad del Estado español, ya sea a través de sus comunidades autónomas, ayuntamientos, diputaciones, etc. El capitalismo estatal no juega en absoluto un papel marginal en la economía, y prueba de ello es la existencia de la SEPI (Sociedad Estatal de Participaciones Industriales), con presencia en sectores estratégicos como el militar o el de la información. Cuenta con una plantilla total de más de 80.000 trabajadores, y tiene participaciones directas minoritarias en 8 empresas e indirectas en más de 100 en sectores como el aeroespacial, las telecomunicaciones, la energía, etc. Tampoco son nada desdeñables las cuantiosas subvenciones que reciben multitud de empresas del capitalismo privado, lo que indirectamente las convierte en una herramienta del poder económico del Estado. Así pues, la idea de la existencia de unos poderes económicos y financieros de carácter transnacional que controlan los países queda claramente refutada por la irrebatible fuerza de los hechos.
Lejos de que la globalización sea un proceso verdaderamente mundial nos encontramos con que algunas partes del mundo han quedado excluidas: casi todo África, Sudamérica, Rusia, o todo Oriente Medio salvo Israel. Por tanto la globalización es un proceso limitado al hemisferio norte, y más concretamente a las economías centrales del capitalismo avanzado en las que se desarrolla la mayor parte de las inversiones exteriores directas, el comercio y los flujos de capitales. Un mundo realmente globalizado, y por ello integrado, significaría que los mercados y los poderes económicos en general desempeñan las funciones de gobierno, algo que no ocurre. Por su parte las organizaciones supranacionales sólo son fruto de la política de los Estados y no de los mercados. Son los gobiernos los que han dado origen a instituciones como el FMI, el BM, la UE, la OCDE, la OMC, etc. La cesión de parcelas de soberanía a algunas de estas organizaciones únicamente significa un modo diferente que tienen los Estados de participar en procesos decisorios en los que de otra manera no podrían intervenir. En última instancia estas organizaciones responden en su funcionamiento interno a los acuerdos y reglas fijadas por los propios Estados miembros, por lo que en ningún caso nos encontramos ante instituciones que desempeñen la función de un gobierno. Más bien reproducen la relación de fuerzas que existe en el sistema internacional de Estados, por lo que sus reglas y sus decisiones obedecen en su mayor parte a los intereses de la potencia o potencias dominantes.
La globalización no es tan global como se cree. Lejos de ser una realidad que abarca al conjunto del planeta es más bien un proyecto político occidental, y más concretamente la expresión de voluntad de poder del imperialismo estadounidense para la extensión de su poder al resto del mundo. La globalización resulta ser, entonces, una vía alternativa al uso de la fuerza militar para el logro de las ambiciones imperiales de aquella potencia a través de la penetración económica, financiera, empresarial, diplomática y cultural. No existen unos mercados y unas economías mundialmente integradas si no es de una manera parcial y limitada en algunas regiones del planeta, de forma que los poderes económicos no han llegado a desempeñar funciones de gobierno que todavía monopolizan los Estados. Los controles y regulaciones estatales son la regla general en la economía internacional lo que impide la formación de un mercado y una economía mundial. Tampoco puede hablarse de empresas transnacionales o globales despojadas de vínculos territoriales, capaces de operar por encima de los Estados, sino más bien de entidades nacionales con proyección internacional al servicio de los Estados que las generan y apoyan para extender su poder más allá de sus fronteras. No estamos ante una dictadura mundial de los poderes económicos y financieros cuando estos son sostenidos por el Estado del cual dependen. Lejos de desaparecer los Estados tienen mayor capacidad de control e intervención sobre la economía como nunca antes la han tenido, lo que muestra claramente que su papel sigue siendo decisivo en el sostenimiento del capitalismo y en la promoción del imperialismo en todas sus formas. Todo ello corrobora que no hay capitalismo sin Estado, lo que le convierte en el enemigo número uno de los pueblos sin cuya destrucción no podrá construirse un mundo y un futuro diferentes.
LAS FALACIAS DE LA GLOBALIZACIÓN
Sin embargo, los hechos desmienten la imagen anterior y nos muestran una realidad bien distinta. En la actualidad el mayor poder económico es el Estado. Prueba de ello es que los Estados de capitalismo avanzado acaparan una media del 50% del PIB de sus respectivas economías. Así, el Estado español se apropia de un 44% del PIB, mientras que países como EE.UU. o los escandinavos se quedan con más del 70%. Además de esto el mayor empleador es el Estado como así lo demuestran los más de 3 millones de asalariados que tiene a su cargo el Estado español, lo que supone el 25% de la población activa, mientras que la empresa del capitalismo privado con mayor número de asalariados es El Corte Inglés con 120.000. Por otra parte el porcentaje del PIB que no domina el Estado está repartido entre miles de entidades financieras y empresariales de diferente tamaño, así como entre asalariados, lo que contrasta claramente con el 44% del Estado que cada año crece en torno al 1%, de manera que su poder no para de aumentar.
La economía, lejos de estar fuera de cualquier control está fuertemente regulada por la legislación del Estado, además de controlada y dirigida a través de su política fiscal. En el caso español existe una doble tributación, por un lado el IRPF y por otro las cotizaciones a la Seguridad Social, que constituye el grueso de los ingresos con los que el Estado financia sus instrumentos de dominación. Pero a ello hay que añadir los innumerables impuestos indirectos, como el IVA, las diferentes tasas y las sanciones económicas. Para extraer estos recursos el Estado cuenta con una inmensa burocracia que se encarga de supervisar el cumplimiento de la legislación fiscal, como ocurre, por ejemplo, con la Agencia Tributaria que dispone de un colosal cuerpo de inspectores distribuido por innumerables direcciones y subdirecciones generales.
Por otro lado el mercado está lejos de ser una realidad autorregulada y fuera de cualquier control al estar sometida a la supervisión, inspección y dirección de diferentes organismos estatales. En el caso español nos encontramos con la Comisión Nacional del Mercado de Valores que inspecciona y supervisa el mercado bursátil español. O la Comisión Nacional de la Competencia, creada por el franquismo en 1963, que controla todos los mercados en materia de fusiones, agrupaciones, cesiones de cartera, transformaciones, escisiones y otras operaciones entre empresas. Pero también está la Dirección General de Seguros y Fondos de Pensiones que supervisa y controla todas las actividades de las aseguradoras, negocio que representa el 5,6% del PIB que, tras la aprobación del decreto ley 4/2013, pueden conceder créditos a empresas e invertir en fondos de capital de riesgo lo que ha significado la ampliación del sector financiero.
A nivel internacional la situación no varía mucho en la medida en que el mercado como tal no está fuera del control de los Estados, pues las transacciones comerciales y financieras que desarrolla el capitalismo privado dependen en lo esencial de las condiciones establecidas en los acuerdos alcanzados por los diferentes gobiernos. Frente a la imagen de una economía y unos mercados mundialmente integrados en los que bancos y transnacionales operan a su libre albedrío, sin restricciones de ningún tipo, los hechos demuestran una realidad bien distinta. Prueba de esto es que el comercio internacional en la actualidad es similar al que existía en 1910. Más aún, en 1900 las exportaciones constituían una media del 20,5% del PIB de las economías industriales,[1] lo que no se aleja mucho del 23,7% de media de los países de la OCDE en 2009.[2] Por otro lado hay que señalar que en 1991 el 81% de los capitales de inversión extranjera directa se situaron en países del norte como Estados Unidos, Reino Unido, Alemania y Canadá.[3] La concentración de las inversiones en estos países y su progresiva disminución cuestiona la idea de una economía realmente globalizada y liberalizada. No hay más que comprobar que las exportaciones de EE.UU., Japón y UE representan el 12% ó menos del PIB.[4] Nos encontramos, entonces, con que las economías nacionales no están atravesadas por flujos transnacionales que las vinculen con una economía mundial integrada, lo que se debe fundamentalmente a la presencia de los Estados y sus respectivas legislaciones que impiden que las empresas multinacionales y los bancos operen tan libremente como se piensa. En el caso español es el Tesoro Público la institución que se encarga de elaborar y tramitar todas las disposiciones relativas a las entidades financieras y de crédito, a los mercados de valores, a los sistemas e instrumentos de pago, al régimen de sociedades cotizadas, y a los movimientos de capitales y transacciones económicas con el exterior. Esto explica que los mercados financieros, a pesar del alto grado de interconexión que han facilitado las tecnologías, estén tan integrados como lo estaban en 1900.[5]
Otro de los mitos que ha arraigado en el imaginario colectivo es el de las empresas multinacionales como entes globales que operan al margen y por encima de los Estados.[6] Sin embargo, el hecho de que estas empresas operen a través de las fronteras de distintos Estados no quiere decir que todos ellos tengan la misma importancia para las corporaciones, ni tampoco que carezcan de un centro de gravedad geográfico. Así pues, un estudio de las 100 más grandes corporaciones concluye que ninguna de ellas puede considerarse realmente global. Por el contrario acostumbran a estar más vinculadas a su lugar de origen donde desarrollan lo más importante de su actividad: gestión, investigación y desarrollo, ubicación de los principales activos, control, dirección, etc. Sirva como ejemplo que las multinacionales alemanas y japonesas desarrollan menos del 50% de sus actividades en el exterior. A esto hay que sumar que los Estados con un PIB elevado tienden a centrar su actividad económica dentro de sus fronteras, y con ello a producir bienes y servicios para su propio consumo. Más del 90% de la producción de las economías industrializadas está dirigida al mercado doméstico. De hecho los sectores económicos que apenas tienen relación con el comercio internacional son los que emplean a la mayor parte de la población. Todo esto demuestra que las empresas multinacionales son realmente empresas nacionales que operan a nivel internacional,[7] y que en última instancia constituyen una creación del Estado bien por medio de la privatización de empresas estatales, o bien con concesiones monopolistas. En España las principales empresas multinacionales fueron una creación del Estado a la sombra del cual crecieron, los casos más significativos son Ferrovial y el grupo ACS con las obras públicas de infraestructura, pero también El Corte Inglés o Inditex con contratos millonarios para vestir al ejército y a los cuerpos represivos. Pero también están las privatizaciones de Repsol, Telefónica y tantas otras empresas estatales que a día de hoy son multinacionales de gran envergadura.
Los hechos demuestran que la formación de empresas multinacionales sólo es posible con el apoyo de los gobiernos, gracias a los que consiguen una posición de privilegio con la que alcanzan una ventaja competitiva en el mercado interior y exterior. El Estado, para dotarse de la capacidad económica necesaria para el logro de sus intereses en la esfera internacional, favorece la creación de monopolios a nivel interno que posteriormente apoya directamente en su implantación en el exterior. Para esto último el Estado dispone de sus propias instituciones que en el caso español son el Instituto de Comercio Exterior y la Compañía Española de Financiación del Desarrollo, dependientes del Ministerio de Economía, cuya principal labor es facilitar la penetración de las empresas españolas en los mercados internacionales. Esto ha dado lugar a la formación de una estructura económica internacional en la que las presiones exteriores están determinadas por la esfera doméstica de cada Estado, y por tanto por sus propias capacidades económicas, al mismo tiempo que el efecto de dichas presiones varía en función de la fortaleza de las instituciones de cada país. En un contexto de rivalidad entre Estados las empresas multinacionales son un instrumento para la adquisición de recursos en el exterior, pero sobre todo para la proyección del poder del Estado allende sus fronteras.
También está muy extendida la idea de que el sector financiero está completamente globalizado, y que por tanto escapa a cualquier tipo de regulación y de control estatal. Nada de esto es cierto en la medida en que a día de hoy, a causa de la crisis, los principales bancos han sido nacionalizados y son propiedad estatal. Este es el caso de los principales bancos americanos, pero también de los alemanes y españoles. Asimismo, es relativamente frecuente la existencia de entidades de crédito estatales como ocurre en España con las cajas de ahorro, así como organismos autónomos que se ocupan de financiar y obtener participaciones en infinidad de empresas del capitalismo privado. Esto es lo que ocurre con el Instituto de Crédito Oficial, agencia financiera creada por el franquismo en 1971, que opera como banco estatal.
Asimismo, la percepción de que la banca es la que controla los Estados al prestarles dinero es engañosa. La principal fuente de ingresos son los impuestos, pues como ya apuntó en su momento Norbert Elias el Estado se caracteriza por detentar el monopolio de la tributación y el de la violencia, de forma que ninguno de ellos tiene preeminencia sobre el otro en la medida en que se sostienen mutuamente.[8] La banca se limita a unir el monopolio militar al monopolio fiscal. Su función es adelantar dinero al Estado en espera de la contribución que él mismo recauda, lo que le permite separar el ritmo de sus gastos del cobro de tributos y gastar adelantándose a sus ingresos. La necesidad del Estado de conseguir préstamos con rapidez se debe a que hace más fácil costear la acción bélica. De esta forma la rapidez en la consecución de préstamos permite al Estado movilizarse con mayor celeridad que sus enemigos en caso de guerra.[9] Nada de esto evita que a largo plazo el Estado requiera alguna forma de tributación con la que costear los crecientes gastos que implica el mantenimiento de una fuerza militar permanente. La importancia de la banca ha aumentado en la misma medida en que los medios para preparar y hacer la guerra se han encarecido, de forma que la deuda contraída por el Estado está contratada con entidades financieras que en ocasiones dependen en lo esencial de otros Estados. Esto demuestra que los bancos son, en definitiva, un instrumento de poder de los Estados para la consecución de sus intereses en la esfera internacional, y por tanto un mecanismo de control y dominación sobre otros países además de una herramienta para financiar sus gastos para la guerra.
El sector financiero, a diferencia de lo que habitualmente se cree, está sometido a un importante control estatal a través de los bancos centrales, entidades que tienen un estatuto difícil de establecer con precisión pero que juegan un papel estratégico. Entre sus principales funciones está el diseño de la política financiera del Estado, la emisión de dinero fiduciario y el desempeño de labores de inspección, dirección y control de las entidades de crédito que operan en su jurisdicción. Juntamente con esto realizan las operaciones de cambio de divisas, además de gestionar las reservas oficiales lo que les confiere un poder decisivo dentro del sistema financiero nacional e internacional. Todo esto desmiente la idea de que los bancos operan libremente por encima de los Estados.
Por otra parte las privatizaciones de servicios que con anterioridad estaban a cargo exclusivo del Estado se ha considerado un debilitamiento del mismo, y a su vez uno de los rasgos definitorios de la globalización que pondría de manifiesto la integración de las economías y mercados nacionales en una realidad económica mundial dominada por multinacionales y bancos internacionales. Sin embargo, los hechos demuestran que las privatizaciones lejos de debilitar al Estado lo refuerzan en la medida en que obtiene ingresos de la venta de las empresas privatizadas, pero también los consigue de la actividad económica que desarrollan. Juntamente con esto las privatizaciones en determinadas áreas permiten al Estado deshacerse de una carga, pues es sabido que en muchos casos las empresas del capitalismo privado son más eficientes. Al mismo tiempo el Estado, a través de concesiones monopolísticas contribuye a crear grandes empresas que obtienen suculentos beneficios de los que el ente estatal extrae ingresos. Nada de esto significa que las empresas pasen a desempeñar funciones de gobierno, algo que permanece en manos del Estado al conservar su capacidad de imponer leyes y de asegurar su cumplimiento gracias al monopolio de la violencia. De este modo el Estado no sólo sirve al capital, sino que el capital sirve al Estado y, a su vez, el Estado se sirve del capital para el logro de sus fines.
La globalización plantea un debilitamiento del Estado en todos los sentidos, pero los hechos demuestran una realidad que contradice dicho discurso. Este supuesto adelgazamiento del Estado no se ve reflejado en un descenso, por ejemplo, del número de asalariados a su cargo. Prueba de esto es la innumerable cantidad de empresas, quizá más de 4.000, en las que la totalidad o la mayor parte de su capital es de titularidad del Estado español, ya sea a través de sus comunidades autónomas, ayuntamientos, diputaciones, etc. El capitalismo estatal no juega en absoluto un papel marginal en la economía, y prueba de ello es la existencia de la SEPI (Sociedad Estatal de Participaciones Industriales), con presencia en sectores estratégicos como el militar o el de la información. Cuenta con una plantilla total de más de 80.000 trabajadores, y tiene participaciones directas minoritarias en 8 empresas e indirectas en más de 100 en sectores como el aeroespacial, las telecomunicaciones, la energía, etc. Tampoco son nada desdeñables las cuantiosas subvenciones que reciben multitud de empresas del capitalismo privado, lo que indirectamente las convierte en una herramienta del poder económico del Estado. Así pues, la idea de la existencia de unos poderes económicos y financieros de carácter transnacional que controlan los países queda claramente refutada por la irrebatible fuerza de los hechos.
Lejos de que la globalización sea un proceso verdaderamente mundial nos encontramos con que algunas partes del mundo han quedado excluidas: casi todo África, Sudamérica, Rusia, o todo Oriente Medio salvo Israel. Por tanto la globalización es un proceso limitado al hemisferio norte, y más concretamente a las economías centrales del capitalismo avanzado en las que se desarrolla la mayor parte de las inversiones exteriores directas, el comercio y los flujos de capitales. Un mundo realmente globalizado, y por ello integrado, significaría que los mercados y los poderes económicos en general desempeñan las funciones de gobierno, algo que no ocurre. Por su parte las organizaciones supranacionales sólo son fruto de la política de los Estados y no de los mercados. Son los gobiernos los que han dado origen a instituciones como el FMI, el BM, la UE, la OCDE, la OMC, etc. La cesión de parcelas de soberanía a algunas de estas organizaciones únicamente significa un modo diferente que tienen los Estados de participar en procesos decisorios en los que de otra manera no podrían intervenir. En última instancia estas organizaciones responden en su funcionamiento interno a los acuerdos y reglas fijadas por los propios Estados miembros, por lo que en ningún caso nos encontramos ante instituciones que desempeñen la función de un gobierno. Más bien reproducen la relación de fuerzas que existe en el sistema internacional de Estados, por lo que sus reglas y sus decisiones obedecen en su mayor parte a los intereses de la potencia o potencias dominantes.
La globalización no es tan global como se cree. Lejos de ser una realidad que abarca al conjunto del planeta es más bien un proyecto político occidental, y más concretamente la expresión de voluntad de poder del imperialismo estadounidense para la extensión de su poder al resto del mundo. La globalización resulta ser, entonces, una vía alternativa al uso de la fuerza militar para el logro de las ambiciones imperiales de aquella potencia a través de la penetración económica, financiera, empresarial, diplomática y cultural. No existen unos mercados y unas economías mundialmente integradas si no es de una manera parcial y limitada en algunas regiones del planeta, de forma que los poderes económicos no han llegado a desempeñar funciones de gobierno que todavía monopolizan los Estados. Los controles y regulaciones estatales son la regla general en la economía internacional lo que impide la formación de un mercado y una economía mundial. Tampoco puede hablarse de empresas transnacionales o globales despojadas de vínculos territoriales, capaces de operar por encima de los Estados, sino más bien de entidades nacionales con proyección internacional al servicio de los Estados que las generan y apoyan para extender su poder más allá de sus fronteras. No estamos ante una dictadura mundial de los poderes económicos y financieros cuando estos son sostenidos por el Estado del cual dependen. Lejos de desaparecer los Estados tienen mayor capacidad de control e intervención sobre la economía como nunca antes la han tenido, lo que muestra claramente que su papel sigue siendo decisivo en el sostenimiento del capitalismo y en la promoción del imperialismo en todas sus formas. Todo ello corrobora que no hay capitalismo sin Estado, lo que le convierte en el enemigo número uno de los pueblos sin cuya destrucción no podrá construirse un mundo y un futuro diferentes.
[1]
Wade, Robert, “Globalization and its Limits: Reports of the Death of
the National Economy are Grossly Exaggerated” en Suzanne Berger y Ronald
Dore (eds.), National Diversity and Global Capitalism, Nueva York, Cornell University Press, 1996, p. 62
[2] http://www.oecd-ilibrary.org/sites/factbook-2011-en/04/01/01/index.html?itemId=/content/chapter/factbook-2011-33-en Consultado el 28 de mayo de 2013
[3] Weiss, Linda, The Myth of the Powerless State: Governing the Economy in a Global Era, Cambridge, Polity Press, 1998, p. 186
[4] Ibídem, p. 176
[5] Waltz, Kenneth, “Globalization and American Power” en The National Interest, primavera 2000, p. 48
[6]
A finales de los años 60 Charles Kindleberger fue el primero en hablar
de corporaciones globales al margen de lealtades políticas a Estados
debido a su creciente movilidad. Pero en aquel momento sus observaciones
no eran más que un reflejo de la inquietud que generaba en los europeos
la expansión de las multinacionales estadounidenses. Kindleberger,
Charles, American Business Abroad, New Haven, Yale University
Press, 1969, pp. 207- 208, 182. Otros autores destacan más
recientemente, y en una línea similar a la planteada por Kindleberger,
la desaparición de las fronteras y consecuentemente de los Estados
nación por influjo de la acción de las transnacionales globales y de la
economía mundializada. Ohmae, Kenichi, El Mundo sin fronteras: poder y estrategia en la economía entrelazada, Madrid, McGraw Hill, 1991. Ohmae, Kenichi, The end of the nation state: the rise of regional economics,
Nueva York, The Free Press, 1995. En un sentido crítico aunque con el
mismo planteamiento de fondo está Martín, Hans-Peter y Harald Schumann, La trampa de la globalización, Madrid, Taurus, 1998
[7] Hu, Yao-Su, “Global or Stateless Corporations are National Firms with International Operations” en California Management Review, invierno 1992, pp. 107-126
[8] Elias, Norbert, Power and civility. The Civilizing Process, Nueva York, Pantheon, 1982, vol. 2, p. 104
[9] Tilly, Charles, Coerción, capital y los Estados europeos, 990-1990, Madrid, Alianza, 1992, pp. 134-135
12/8/14
11/8/14
Un discurso sincero.
El gran discurso de la victoria del Nobel de la ¡PAM!, subtitulado para que no se pierda ningún detalle (que hay mucho cateto que no sabe inglés)
7/8/14
Pandemia 2.0
Tras una labor propagandística de años para familiarizarnos con la idea de una pandemia mundial, últimamente y ¿olvidado? ya el fiasco de la gripe que iba a asolar el universo conocido,(pandemia 1.0), volvemos a la carga con una nueva amenaza de catástrofe natural de la que solo nuestros fieles protectores pueden protegernos.
Los medios de desinformación muestran el discreto (por los cojones) despliegue de medios destinado a salvaguardar la salud pública; Si bien se provocan miles de muertes al año entre suicidios por la miseria provocada por el estado y los desahucios o directamente asesinatos por las fuerzas represivas del estado, este no va a permitir que ninguno de nosotros sea víctima de esta nueva amenaza global y va a poner todas las películas que sea necesario para demostrarlo.
Curioso que las zonas de contención del Ébola estén situadas tan estratégicamente que los buenos samaritanos que lleven sus ejércitos para "ayudar" tendrán el control de las codiciadas materias primas que casualmente se encuentran allí, curioso también que estas sean las mismas zonas controladas históricamente por ONGs (¿NG?jajajaja) y convertidas en parques nacionales... por mandato occidental.
Otro vídeo de Gaceta del apocalipsis que amplia lo expuesto y añade algunas otras reflexiones:
Actualizando:
Un enlace interesante que profundiza un poco más en la estafa: Pulsar Aquí
Los medios de desinformación muestran el discreto (por los cojones) despliegue de medios destinado a salvaguardar la salud pública; Si bien se provocan miles de muertes al año entre suicidios por la miseria provocada por el estado y los desahucios o directamente asesinatos por las fuerzas represivas del estado, este no va a permitir que ninguno de nosotros sea víctima de esta nueva amenaza global y va a poner todas las películas que sea necesario para demostrarlo.
Curioso que las zonas de contención del Ébola estén situadas tan estratégicamente que los buenos samaritanos que lleven sus ejércitos para "ayudar" tendrán el control de las codiciadas materias primas que casualmente se encuentran allí, curioso también que estas sean las mismas zonas controladas históricamente por ONGs (¿NG?jajajaja) y convertidas en parques nacionales... por mandato occidental.
Otro vídeo de Gaceta del apocalipsis que amplia lo expuesto y añade algunas otras reflexiones:
Actualizando:
Un enlace interesante que profundiza un poco más en la estafa: Pulsar Aquí
6/8/14
Jaque ¿mate? a la humanidad.
Un vídeo de hace tiempo que poco a poco demuestra no estar demasiado desencaminado acerca de lo que está sucediendo en el mundo.
La actual tensión bélica, la posibilidad de una "epidemia" mundial y la "crisis" económica, además de detalles que parecen pasar desapercibidos como la existencia desde hace años del chip para humanos o la imposibilidad de hacer pagos importantes en metálico, son realidades que deben ser contempladas en conjunto como un plan predeterminado para aumentar el poder de los estados sobre los ciudadanos.
La actual tensión bélica, la posibilidad de una "epidemia" mundial y la "crisis" económica, además de detalles que parecen pasar desapercibidos como la existencia desde hace años del chip para humanos o la imposibilidad de hacer pagos importantes en metálico, son realidades que deben ser contempladas en conjunto como un plan predeterminado para aumentar el poder de los estados sobre los ciudadanos.
4/8/14
No dejes que el estado adiestre a tus hijos.
Copy-pega de grupomaternal.blogspot.com.es
¿Por qué los niños no deberían ir a la guardería?
Me
resisto a escribir sobre este tema porque siempre me parece que
demasiado tenemos las madres encima como para crearnos aún más culpas.
Sin embargo creo que es importante poner las cosas claras de una vez
sobre el tema de las guarderías. Hoy, pocas personas se plantean si
llevará a sus hijos a la guardería o no. Pocas son las que indagan,
estudian y averiguan qué ocurre con los bebés en las guarderías. ¿Por
qué? Porque la opinión pública esta de acuerdo en que las guarderías son
buenas. Y ¿Por qué sabemos que son buenas?
1.- Porque los poderes públicos las promueven (hay guarderías públicas).
2.-
Porque el ministerio de educación está muy interesado en "mejorar" la
educación de 0 a 6 ( al ministro le propongo acercarse, aunque
sea de refilón a Piaget, a ver qué encuentra sobre educación de 0 a 6 y
leer los últimos informes neurocientíficos sobre la cuestión).
3.- Porque se vende como avance social la creación de plazas de guarderías.
4.- Porque se supone que permite la conciliación familiar y profesional.
5.- Porque se supone que son pilares para la igualdad real de la mujer.
6.- Porque hay pedagogías que aseguran que cuanto antes se aprenda todo mejor será para el niño.
7.- Porque creemos que el futuro de nuestro hijo dependerá de si con dos años sabe decir los colores en inglés.
8.- Porque hay una carrera que se llama magisterio: educación infantil.
9.- Porque... ¡todo el mundo lleva los niños a la guardería! ¡Todo el mundo!
Y así, desde que mi hija cumplió el año he debido responder a cientos de
preguntas de curiosos que nos observan extrañados en el mercado, el
parque o de paseo en horario de guardería. ¿no va a la guarde? No -
respondía con una sonrisa cuando era más pequeña. La contestación solía
ser: ¡qué suerte! o ¿Pues en la guardería están mejor! ¡No sabes lo que
ha cambiado mi Antoñito! Y yo me mordía los labios para no responder,
señora, ¿de verdad necesitaba usted que su hijo cambiase? ¿Qué
significa cambiado, más cansado, agotado, triste, de mal humor, dócil,
adoctrinado, menos espontáneo, más responsable, más adulto, menos niño?
¿qué cambio hace un niño que va a la guardería?
Ahora
que tiene cinco años las conversaciones son más breves y los gestos de
condena más evidentes. Y yo, normalmente, me callo. Me callo porque no
quiero herir a los padres que han tomado una decisión, la suya. Me callo
porque sé que todos los padres hacemos lo que podemos y que todos, sin
excepción, nos equivocamos millones de veces. Me callo porque, en
realidad, no soy quien para dar lecciones de maternidad a nadie,
demasiado tengo con resolverme a mi misma como para ir de terapeuta
incluso cuando paseo con mi hija.
Sin embargo,
asisto perpleja a la perplejidad de quien asume que los niños "deben"
ir a las guarderías. Como si fuese una obligación. Hay personas que me
discuten si la edad de la escolarización obligatoria son los tres o los
seis años. Personas que no saben qué hacer con sus hijos en casa. Hay
madres que apuntan a niños de tres años a actividades extraescolares
después de ocho horas de guardería matinal (llamo guardería a las
instituciones de 0 a 6 años, aunque ahora se le llame educación infantil
a partir de tres años), porque por las tardes los niños se aburren en
casa. Bien intencionadas, en vez de preguntarse donde se ha quedado la
imaginación del niño y por qué esa criatura no consigue conectarse
consigo mismo, le dan más de lo mismo.
Las guarderías no son buenas porque:
1.- Hasta los tres años, el niño no ha terminado de completar su individualización, durante el proceso necesita básicamente.
-
Una persona con quien hacer el proceso, pasar de creer que él y el otro
es uno a conocer los límites de ambos.
- Un entorno
cercano, construido a medida, con mucho amor (cuando digo mucho amor me
refiero a unos límites claros puestos con mucho amor).
- Un entorno seguro con atención exclusiva (quince niños para un profesional no parece muy acertado).
-
Experiencias lo más placenteras posibles. La separación de los padres,
las agresiones de compañeros, los momentos de soledad o miedo vividos
sin la compañía de un adulto amoroso y cercano... no parecen ser
experiencias deseables para permanecer en la amígdala de nuestro hijo
para los restos.
- En la etapa sensoriomotriz, un aula
cerrada, con materiales limitados en el uso a momentos determinados por
otro, no es lo más adecuado.
2.- De los tres a los
seis años el niño goza descubriendo el mundo y sus habilidades de forma
espontánea, curiosa, activa y creativa.
- Un aula con actividades dirigidas por un adulto permiten poco margen de maniobra para la innata curiosidad del niño.
-
El niño necesita realizar movimiento físico cuando lo necesita (y solo
él lo sabe). Con cuatro años es poco probable que pueda controlar sus
energía desbordante a la espera del recreo. el niño se levantará,
molestará al de detrás, hablará, cantará o bailará... las cosas normales
que han hecho los niños de cuatro años desde que el mundo es mundo...
¡Cuidado, ahora se le llama Hiperactividad con Déficit de Atención!
-
El niño, al terminar la guardería sabrá guardar cola, rellenar fichas,
hacer deberes en casa (si, ponen deberes en la guardería), no hablar en
clase sin pedir permiso y reprimirse las ganas de cantar, bailar,
hablar... es decir, habrá aprendido a hacer lo que los demás le dicen
cuando los demás se lo ordenan.
La decisión de
si un hijo va o no a la guardería depende de muchas cosas: el nivel
económico de los padres, de si la madre trabaja o no fuera de casa, del
nivel de implicación en la educación del niño... pero sobre todo, creo
que tiene que ver con el sentido último que la educación significa para
los padres. En el proceso educativo hay una vertiente social: aprender a
respetar al otro, obedecer a la autoridad, no molestar, comportarse según las circunstancias... y una vertiente individual. Es aquella que
se refiere a la propia esencia del ser humano, la que pretende dar valor
y sentido a la experiencia de vida del niño. Esta última vertiente
entiende que el niño es un ser completo, integral, perfecto en si mismo,
en proceso de crecimiento y despliegue de sus propias facultades. Si
primamos esta educación, hemos de proporcionar al niño el entorno más
adecuado para que ese despliegue se produzca sin limitaciones. Y en este
caso, sencillamente las guarderías no son el medio más adecuado.
Por supuesto a veces es imposible educar o cuidar uno mismo a los hijos y no es eso lo que se cuestiona aquí, sino la actual imposición encubierta, cuyo fin último es apoderarse del individuo desde la cuna, incluso podemos afirmar que desde el mismo parto hospitalizado y tratado como una enfermedad peligrosa para la mujer y de la que solo el estado puede protegerla tras ser obligada a gestar un hijo por el insensible machista de turno.
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