¿Sus abuelos tenían alergias a alimentos? Los míos no. Una comparación clara con la creciente epidemia de alergias a alimentos, que empeora con cada generación.
De acuerdo a un estudio publicado en el 2013 por el Centro de Control y Prevención de Enfermedades, las alergias a alimentos entre infantes aumentaron aproximadamente un 50% entre 1997 y 2011.1
Aunque puede discutirse que la experimentación de alergias a alimentos y/o sensibilidad no existía en esos tiempos y que había mucha menos atención a estas preocupaciones, claramente hay un aumento de casos documentados de alergia a alimentos hoy.
¿Así que cuáles podrían ser algunas de las razones por las cuales sus abuelos no tenían alergias a alimentos?
Realmente es bastante simple…
7 Razones Por Las Que Sus Abuelos No Tenían Alergias Alimentarias
1. Comían alimentos de temporada reales
Los alimentos venían de granjas y pequeños mercados a principios de 1900, y como los preservativos de alimentos no eran usados ampliamente, los alimentos eran frescos. Debido a la falta de alimentos procesados, sus dietas tenían densidad de nutrientes permitiéndoles obtener la nutrición que necesitaban de sus alimentos.
Para los bebés, la leche materna era valorada, y siempre estaba en temporada.
2. No hacían dietas ni jugaban juegos restrictivos con su cuerpo y metabolismo. Comían alimentos cuando estaban disponibles
Nuestros abuelos no caían víctimas de dietas de moda, mercadeo de alimentos, conteo de calorías y otros hábitos dietéticos perjudiciales que hoy son populares (en parte debido a que la infraestructura del mercadeo todavía no existía).
Por esto mismo tenían un metabolismo sano y comían de acuerdo a las necesidades y antojos de su cuerpo.
3. Cocinaban los alimentos en su hogar, usando métodos de preparación tradicionales de cero
Comprar alimentos procesados no era una opción, y comer fuera era un lujo infrecuente. Por suerte estos hábitos aumentaron la salud de nuestros abuelos.
4. No comían transgénicos, aditivos de alimentos, estabilizadores y espesantes
Su comida todavía no era tratada con aditivos, antibióticos y hormonas para ayudar a preservar la vida en estantes y forrar los bolsillos de los productores de alimentos a principios de 1900 a costa de la salud de los consumidores.
5. Se comían al animal entero que incluía caldos de hueso y carne de órganos ricos en minerales
Los huesos de los animales eran guardados o comprados para hacer caldos o sopas, y las vísceras siempre tenía un lugar especial en la mesa. Estos alimentos eran valorados por sus propiedades medicinales, y nunca se desperdiciaban.
6. No iban al doctor cuando se sentían enfermos o tomaban medicinas de prescripción. Las visitas a doctores eran guardadas para heridas accidentales y enfermedades que amenazaban la vida
Cuando les daba fiebre, esperaban a que se les pasara. Cuando se sentían enfermos(as), comían sopas, caldos y obtenían mucho descanso. No tenían a su doctor o enfermera en el marcado rápido y confiaban en los procesos curativos naturales del cuerpo mucho más de lo que lo hacen ahora. Su comida era su medicina, ya sea que se dieran o no cuenta de esto.
7. Pasaban mucho tiempo afuera
Nuestros abuelos no tenían la opción de quedarse dentro y jugar en sus teléfonos, computadoras y consolas de juegos. Jugaban en la estación de juegos original (play-station): ¡bicicletas, columpios y la buena madre naturaleza!
¿Qué tienen que ver estas cosas con las alergias a alimentos?Los alimentos venían de granjas y pequeños mercados a principios de 1900, y como los preservativos de alimentos no eran usados ampliamente, los alimentos eran frescos. Debido a la falta de alimentos procesados, sus dietas tenían densidad de nutrientes permitiéndoles obtener la nutrición que necesitaban de sus alimentos.
Para los bebés, la leche materna era valorada, y siempre estaba en temporada.
2. No hacían dietas ni jugaban juegos restrictivos con su cuerpo y metabolismo. Comían alimentos cuando estaban disponibles
Nuestros abuelos no caían víctimas de dietas de moda, mercadeo de alimentos, conteo de calorías y otros hábitos dietéticos perjudiciales que hoy son populares (en parte debido a que la infraestructura del mercadeo todavía no existía).
Por esto mismo tenían un metabolismo sano y comían de acuerdo a las necesidades y antojos de su cuerpo.
3. Cocinaban los alimentos en su hogar, usando métodos de preparación tradicionales de cero
Comprar alimentos procesados no era una opción, y comer fuera era un lujo infrecuente. Por suerte estos hábitos aumentaron la salud de nuestros abuelos.
4. No comían transgénicos, aditivos de alimentos, estabilizadores y espesantes
Su comida todavía no era tratada con aditivos, antibióticos y hormonas para ayudar a preservar la vida en estantes y forrar los bolsillos de los productores de alimentos a principios de 1900 a costa de la salud de los consumidores.
5. Se comían al animal entero que incluía caldos de hueso y carne de órganos ricos en minerales
Los huesos de los animales eran guardados o comprados para hacer caldos o sopas, y las vísceras siempre tenía un lugar especial en la mesa. Estos alimentos eran valorados por sus propiedades medicinales, y nunca se desperdiciaban.
6. No iban al doctor cuando se sentían enfermos o tomaban medicinas de prescripción. Las visitas a doctores eran guardadas para heridas accidentales y enfermedades que amenazaban la vida
Cuando les daba fiebre, esperaban a que se les pasara. Cuando se sentían enfermos(as), comían sopas, caldos y obtenían mucho descanso. No tenían a su doctor o enfermera en el marcado rápido y confiaban en los procesos curativos naturales del cuerpo mucho más de lo que lo hacen ahora. Su comida era su medicina, ya sea que se dieran o no cuenta de esto.
7. Pasaban mucho tiempo afuera
Nuestros abuelos no tenían la opción de quedarse dentro y jugar en sus teléfonos, computadoras y consolas de juegos. Jugaban en la estación de juegos original (play-station): ¡bicicletas, columpios y la buena madre naturaleza!
La nutrición afecta a CADA célula en nuestro cuerpo. La salud de nuestras células depende de la dieta y modo de vida. Las células crean tejidos; los tejidos crean órganos, y estamos hechos de un sistema de órganos. Si su nutrición es inadecuada, la integridad de cada célula, tejido y órgano en su cuerpo sufrirá. De este modo podría ser MÁS sensible a ciertos alimentos.
Fuente: http://articulos.mercola.com/sitios/articulos/archivo/2017/06/27/por-que-sus-abuelos-no-tenian-alergias-a-alimentos.aspx